Ya hablamos en otro post del blog de cómo eliminar la carne de la dieta puede no ser la alternativa más ecológica. Pero sí que el modo que tenemos de consumirla puede marcar la diferencia en nuestra contribución a una sociedad más ética y respetuosa con el medioambiente. Si sigues estos sencillos consejos puedes compatibilizar tu devoción por la carne con tu contribución a la sostenibilidad de nuestro planeta.
1. Modera tu consumo de carne
La carne es un alimento clave de nuestra dieta y con un alto valor nutricional. Aporta proteínas, hidratos de carbono, vitaminas, minerales, grasas monoinsaturadas… Y sobre todo es un alimento súper versátil, sabroso y fácil de cocinar de muchas y variadas formas. No obstante, su consumo debe ser moderado dentro de una dieta equilibrada. Lo recomendable es consumirla unas 3 ó 4 veces a la semana. Igual que el pescado.
2. Elige productores comprometidos éticamente
Tomar mejores decisiones a la hora de llenar tu cesta de la compra pasa por apostar por productores que promueven el desarrollo sostenible, los productos saludables, el bienestar animal y el desarrollo local. Intenta mantenerte alejado de la carne procedente de la ganadería extensiva enfocada en obtener el máximo beneficio económico de cada cabeza de ganado.
3. Elige carne de animales alimentados con recursos locales
Optar por carne de animales alimentados con recursos locales, producidos en el entorno, reduce enormemente el impacto de tu dieta en el medioambiente y contribuye además al desarrollo de los territorios y del ámbito rural. Además colabora en reducir la dependencia de la producción exterior de ciertos tipos de cereales y leguminosas. Si estos animales son encima alimentados con productos con certificación ecológica entonces estás colaborando al cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. En nuestro caso se cumplen esta dos premisas ya que nuestros cerdos Duroc son alimentados con una dieta 100% ecológica de cereal que nosotros mismos cultivamos en nuestra finca ‘El Encinar’.
4. Destierra de tu dieta la carne ultraprocesada
Apúntate a la comida real. Elimina de tu menú la carne ultraprocesada y elige carne de calidad, natural, sin ingredientes artificiales, ni aditivos.
Los productos ultraprocesados no sólo son muy nocivos para tu salud sino también para el planeta.
5. Elige productos libres de antibióticos
El uso y abuso de los antibióticos en las explotaciones ganaderas ha creado bacterias súper resistentes y supone una preocupante amenaza para nuestra salud. Lo más seguro para ti es apostar por carne de productores responsables, que promueven el bienestar animal y que minimizan el uso de los antibióticos o directamente los eliminan como en nuestro caso. En este sentido la certificación ecológica es una garantía.
6. Reduce tu desperdicio de comida
Compra con cabeza. Planifica y organiza bien tu frigorífico y tu nevera. Evita generar desperdicio o tirar comida. Practica la cocina de aprovechamiento y no despilfarres. El planeta y tu bolsillo te lo agradecerán.
7. Elige productores y comercios pequeños
Apoya comprando a pequeños productores y en carnicerías, mercados, colmados y charchuterías locales de pequeño tamaño asegurando así que pagas un precio justo. De esta forma contribuirás a la economía circular, al desarrollo del medio rural, de tu ciudad o pueblo y a la utilización eficaz de los recursos.