Partimos de la premisa de que en España todas las explotaciones ganaderas están sometidas a estrictos controles sanitarios durante toda la cadena de producción y distribución alimentaria que garantizan una mínima calidad de la carne que llega al mercado.
Pero por otro lado nadie duda de que existen importantes diferencias en la carne que compramos asociadas al modelo de ganadería y la forma en que viven los animales. Te contamos en este post cuáles son las principales diferencias.
Lo primero que vamos a dejar claro es la diferencia entre los distintos modelos:
Ganadería intensiva: es un modo de producción que busca rentabilizar al máximo las explotaciones. Los animales normalmente viven y son alimentados en naves industriales sin acceso a patios o pastos. Son instalaciones que rentabilizan al máximo la inversión en infraestructura optimizando las cabezas ganado y apoyándose en la tecnología que permite monitorizar y reducir al máximo el manejo para mejorar los costes y maximizar la rentabilidad.
Ganadería extensiva: suelen ser explotaciones familiares de menor tamaño, aunque también existen modelos de gran tamaño, donde en lugar de recursos artificiales se utilizan más los recursos naturales y la mano de obra para la cría del ganado. Así los animales disponen de más espacio, se alimentan de pienso pero también aprovechan los pastos naturales y disfrutan de una vida parcialmente al aire libre. No existen una normativa estatal que identifique o regule este tipo de explotaciones, aunque sí en algunas comunidades, así que las condiciones de cría de los animales las establecen las distintas explotaciones y puede haber grandes variaciones de un modelo a otro.
Ganadería ecológica: es un modelo de ganadería y producción estrictamente regulado por la normativa europea que las explotaciones deben cumplir para obtener el sello identificativo en sus productos. De hecho son sometidas a inspecciones periódicas para la obtención de la certificación que garantiza este modelo de producción a los consumidores. Entre los aspectos regulados en la normativa se encuentran:
- el bienestar animal
- la densidad mínima de animal por metro cuadrado
- la alimentación procedente estrictamente de pastos y piensos ecológicos
- la prohibición de sustancias que estimulen el crecimiento de los animales
- la actividad debe estar ligada al suelo y el entorno
- prioridad de conservar la fertilidad de la tierra mediante la utilización óptima de los recursos
- reducción al máximo las emisiones
- asegurar la biodiversidad y el mantenimiento de los ecosistemas
- utilización de razas autóctonas bien adaptadas
- equilibrio entre la carga ganadera y la oferta de recursos alimenticios de la explotación
- evitar el uso de fertilizantes, químicos, herbicidas y pesticidas
- reducir al mínimo la contaminación del agua y la tierra
Teniendo claro todo lo anterior veamos ahora qué ventajas ofrece nuestro modelo de ganadería en la carne que ofrecemos a los consumidores.
Cerdos Duroc
No cabe duda de que hay unas razas de animales más apreciadas que otras en cuanto a la calidad de la carne que producen. Esto se ve claramente en el ganado porcino, en el que razas bien adaptadas al ecosistema como el ibérico o la raza Duroc de nuestros cerditos, son carnes muy apreciadas por sus cualidades organolépticas que las razas de cerdo blanco, más utilizadas en la ganadería industrial.
Nuestros cerdos Duroc son animales rústicos, que infiltran muy bien la grasa y tienen una gran calidad cárnica que se ve favorecida por el tipo de crianza.
Animales criados en libertad
Nuestros cerditos se crían en libertad, en condiciones naturales, al aire libre, y sin estrés. Disponen de comida y agua a su antojo. Son cerditos felices que viven una vida plena disfrutando del entorno y de la convivencia en ‘El Encinar’ de Ocon en plena Reserva de la Biosfera.
El ejercicio que realizan caminando por ‘El Encinar’ y esta forma de vida favorecen un crecimiento lento y pausado, favoreciendo unas cualidades organolépticas excelentes en la carne, con mucha grasa infiltrada, muy aromática y con un gran sabor.
Alimentación ecológica y libre de antibióticos
La carne de animales alimentados con recursos naturales, además de con grano, presenta unas cualidades aromáticas y de sabor muy apreciadas. Nuestros cerditos tienen acceso durante toda su vida a pastos naturales y también a bellotas en la época de montanera, (de octubre a diciembre), lo que aporta a su carne unos matices y aromas únicos.
Tanto los pastos como los piensos con los que se crían proceden de agricultura ecológica, y están libres de antibióticos, productos fitosanitarios y organismos modificados genéticamente, tal y como exige la normativa ecológica, con lo que el consumidor tiene la garantía de consumir una carne completamente natural y saludable.